CHILEPO
Y por fin Latino américa. Tras más de cuatro años llegamos a América por Santiago de Chile. Seguro que las vivencias van a ser bastante más diferentes al resto de los países. Al menos eso esperamos. En Chile tuvimos muchos encuentros y reencuentros: con Gabriela y Ernesto, con los “Furiosos ciclistas”, con Mavi y Jorge. Y es que claro, para nosotros aquí todo es más fácil, y eso que tuvimos que aprender a hablar chileno: huera, po, conchatumadre, etc.
Este país guarda un buen puñado de particularidades respecto al resto del continente. Su forma larga y estrecha, limitado por el Pacífico, los Andes y el desierto de Atacama, le han dado un carácter isleño, aislado de sus vecinos. La migración europea fue más variada y repartida. Como muestra, a Chile lo liberó Bernardo O'Higgins, un criollo de ascendencia irlandesa. Y ahora, gracias al "milagro chileno" goza de buena salud macro económica, es decir, casi todo es más caro.
También tiene muchas otras cosas en común con nosotros y sus vecinos, por ejemplo, las dictaduras militares. Cuando estuvimos por allá se le retiró el fuero senatorial a Pinochet, y se instruyeron nuevas causas en los juzgados. ¿A ver si de esta? Y por supuesto, también tienen buena comida, mejor mariscos y pescado, deliciosos curanto, las empanadas, sopaipillas, vinazos. Lo mejor ha sido conocer los Andes: la Patagonia, la carretera austral, el Aconcagua. Nos hicimos nuestro primer volcán andino y todo, el Chillán. Los Andes serán el paisaje que nos envolverá por muchos meses y kilómetros. Y es que nos estamos rodando la cordillera más larga del mundo. Casi ná.
La llegada
No pudo ser mejor. En Santiasco vive ahora Ernesto, un colega de Lavapiex, con su compi Gabriela. Viven en un ático con una terraza desde la que se ven los Andes nevados y unos atardeceres de lujo sobre esta megaurbe. Es el cumpleaños de Gabriela: 1ª fiestuqui en la terraza, de la que será una larga colección.
Josetxu llegó primero para currar durante quince días de guía de un tour en bicicleta para una chica de los USA. Más coche que bici, el tour acaba en los carnavales de Valparaíso, donde se rejunta Juli y conocemos al grupo de los "Furiosos ciclistas" (www.furiosos.cl). Estos son un colectivo que reivindica el uso urbano de la bicicleta. De la mano de Ale y Steve disfrutamos del maravilloso puerto de Valparaíso, de sus cerros y ascensores, de sus gentes y de su famosa nochevieja: un espectáculo de fuegos artificiales sobre la bahía con toda la gente en las calles.
Vuelta a Santiasco, a la terraza de moda, y a otra fiestuqui. Esta vez es el cumpleaños de Ernesto. En esta ocasión compartimos birritas y vinos con Román, un colega de Madre que nos ayuda mucho en el viaje y al que no veíamos desde que salimos. Toma ya. Al día siguiente salimos rumbo a Ushuaia (Argentina), al reencuentro con Pako.
Torres del Paine
Tras pedalear la mitad argentina de Tierra de Fuego, a la frontera Josetxu llega sólo. Allí se encuentra con Nicole (francés) y Luis (argentino) y sus respectivas burras. Juntos compartimos dos días de vendaval y pelea contra el aire, para por fin llegar a Porvenir. Allí pasamos una noche en el Hogar de Cristo, institución benéfica dedicada a l@s más desamparad@s y abandonad@s. A pesar de que el ambiente no es apto para depresivos, más de una vez nos acercaremos a estos sitios buscando alojamiento. Al día siguiente cruzamos el legendario Estrecho de Magallanes y en su travesía nos acompañan delfines y pingüinos.
Llegando a Punta Arenas nos juntamos los tres. En esta ciudad hay una estatua de un indio en la plaza principal, y según la leyenda, si la besas el pie vuelves a Punta Arenas. Nosotros no cometimos la imprudencia. Los dueños del Hostal Independencia, donde acampamos, nos llevan de marchita por las noches, a bailar la música ratonera latina, en un garito que se llama "Malizia". El nombre lo dice todo.
El último día lo pasamos con Román, que está allí ayudando en la organización de la carrera aventura "Patagonia Expedition Race" (patagoniaexpeditionrace.com). Este tipo de competición está ahora muy en boga, y a lo largo de los Andes veremos muchas más de estas pruebas ideales para los masoquistas de los deportes al aire libre. En tres días de viento llegamos a Puerto Natales.
Por el camino vemos ñandús, guanacos y demás fauna local. Repetimos hospedaje en el Hogar de Cristo, donde nos guardan las bicis para que podamos visitar el famoso Parque Nacional de las Torres del Paine. Si te gusta andar por el monte este podría ser uno de los top 10 de tu vida. A pesar de los cientos de turistas, el consiguiente incremento de basura, de negocios y demás, la pateada es un lujo. Las Torres del Paine, el Valle del Francés, el glaciar Grey. Nosotros nos hicimos el camino de la W, un itinerario entre bosques de lengas y sendas de guanacos, al pie de monolitos rocosos y lenguas de hielo.
Una noche la compartimos whiskey con hielo milenario del glaciar Grey, con un grupo de chilenos bien heterogéneo: un guardaparques, dos militares y tres estudiantes de Medicina. Sólo les une su pinochetismo. A las atrocidades de la dictadura militar les llaman "excesos", y a la añeja polémica de la salida al mar de Bolivia responden con patrioterismo y encendidas provocaciones belicistas. Ya nos habían avisado que Chile es un país contrastante en sus opiniones políticas: una mitad católico-conservadora, y la otra progre-liberal. Eso sí, "el General" aún tiene muchos adeptos. Así que al lorito con lo que digáis en voz alta. Tras seis días de calcetín volvemos por las burras a Puerto Natales, y en un día más estamos otra vez en la frontera con Argentina.
La carretera austral
Sin duda alguna, una de las carreteras más bonitas del mundo mundial. Bosques, lagos, glaciares, volcanes, ríos, cerros. Muy, muy bonita. No hace casi viento y a nosotros sólo nos llovió un par de veces. Llegamos a Villa O'Higgins en el bote de Pirincho, que una vez por semana recorre las estancias de las orillas del lago O'Higgins, y recoge a los mochileros y ciclistas que van y vienen de la zona del Fitz Roy.
Desde aquí empieza la austral, donde nos cruzamos muchos días con más ciclistas que coches. Dato importante. Un día comemos con un baqueano que vive allí sólo durante todo el año. Solo hace diez años, nos dice, que tenía que recorrer tres días a caballo con herradura para hacer la compra. Un huemul joven le hace compañía en la inmensidad de bosques y ventisqueros. Hay que ser muy recio para vivir los inviernos de estas latitudes. En Cochrane coincidimos con Mavi y Jorge, dos ciclistas chilenos con los que pillamos muy buen punto y a los que prometemos una visita a su casa de Concepción. La carretera austral es un continuo sube y baja de cuestas ripiadas, algunas chungas. Llegando al Lago Carrera nos caen las primeras lluvias.
Ya en Coyhaique, la capital de la región, nos vamos al Albergue Las Salamandras con Chus y Santi, dos vallekanos que llevan ocho años viviendo allí y que nos ayudan mogollón. Tras mostrar el audiovisual de los bicicletas en un restaurante, nos vamos a bebernos los donativos con los amigotes: Rob, Buckhardt y Andreas, Micah y Tyler. Mucho ciclista pesado por la austral.
La salida de Coyhaique es bajo lluvia. Cuando aclara podemos seguir flipando con el entorno: el Parque Natural Queulat, el Ventisquero Colgante, el fiordo de Puyuhuapi. En la Villa Santa Lucía nos separamos de Rob, que sigue su rumbo a Puerto Montt, y junto con Micah y Tyler nos desviamos hacia Argentina, remontando el fabuloso río Futaleufu. La gente nos avisa de los atentados en Madrid y pasamos un par de días de angustia hasta tener noticias de casa. Se hace difícil compartir la tragedia desde tan lejos. Nuestras condolencias para tod@s aquell@s que sufrieron pérdidas.
Pako se baja el río Futaleufu en raft, con los compadres gringos. La cara de satisfacción delata que se lo han pasado teta. La tristeza se torna esperanza y luego alegría, a medida que vamos sabiendo de las caceroladas y de los resultados de las elecciones. Ganó el NO a la guerra. La pena es que tuvo que ser de esta forma. Vamos a celebrarlo a la discoteque El Establo y nos regresamos sin aprender a bailar cuecas. La verdad es que estos chilenos son un poco fríos para el intercambio cultural, así que nos volvemos con sus vecinos.
El Bío-Bío y la costanera de Chile
Cuando volvemos a entrar en Chile, por el paso Icalma, llueve a raudales. Ya llegó el otoño y algunos días no podemos pedalear. Entramos por aquí Micah, Pako y Josetxu, pues Juli lo hizo antes para ir a Puerto Montt. La idea es descender todo el río Bío-Bío hasta Concepción. El “descenso” se convierte en un duro itinerario, con el río encajonado y la pista trepándose a los cerros, en un rompepiernas caprichoso con fuertes pendientes y barro, que a veces nos obligan a empujar las burras. Este río ha sido objeto de una fuerte polémica por la construcción de dos embalses destinados a producir electricidad. El desalojo y traslado de muchas comunidades mapuches de este valle sagrado para ellos no ha sido fácil. La segunda presa ya está acabada y sólo falta anegarlo todo. Resulta duro imaginarse todo ese valle sumergido en el agua. El desarrollo y el consumo dando sus zarpazos necesarios.
Una tarde de aguacero inclemente nos refugiamos en una parada de bus y al rato, dos hermanas nos invitan a refugiarnos y calentarnos en la hoguerita de su hotel. Luego nos invitan a merendar, a cenar, al vino, al Internet, a pasar la noche. Esta muestra de gentileza se repetirá varias veces hasta volver a salir del país. Parece que la gente de estas regiones es algo más cálida que los sureños. Nos despedimos de Micah, que se regresa a los USA. A ver si nos vemos por allá, che.
Ya en Concepción nos juntamos otra vez con Mavi y Jorge, con los que pasaremos una semanita mostrando nuestro audiovisual, haciendo colegas, y subiendo nuestra primera montaña andina, el volcán Chillán (3122 m). En un par de días y en compañía de Jorge y del "Chango Patricio", hacemos cumbre pisando las primeras nieves de la temporada. De vuelta a Conce nos juntamos con Christian, un ciclista suizo con el que ya coincidimos en Punta Arenas. Decidimos rodar juntos y salimos por la costanera, para evitar la autopista Panamericana. Mucha pista, poco asfalto, lluvia, frío y barro, hacen el itinerario aún más duro que el Bío-Bío. En Pichilemu vuelve el asfalto y el buen tiempo.
Christian se desvía a Santiasco y nosotros a Valpo, de nuevo a casa de Ale y Steve. Disfrutamos unos días más de esta rechula ciudad y nos vamos de visita a Santiago, a la terracita de Gabi y Ernesto, que hay otro cumple. Esta vez es el del Juli. Fermín Muguruza y Kontrabanda, junto a los grupos chilenos Lega York y Caballo Blanco, dan un conciertazo y allí vamos a disfrutar y dar botes. Debuti, como siempre.
Otra vez sobre las burras llegamos los tres a casa de Eric, en el pueblo de Los Andes. Aquí tenéis un punto de encuentro de muchos ciclistas desde hace muchos años. Preguntad por la clínica veterinaria Los Andes. En dos días de subidita llegamos al Paso de los Libertadores, a más de 3200 m, con mucho frío y el cielo cubierto. Se anuncia el temporal y hay que atravesar la cordillera rapidito. Es lo más alto que hemos subido en los Andes, pero no lo será por mucho tiempo.
San Pedro de Atacama
Un lugar muy turístico, muy caro, pero con unos alrededores bien bonitos. Nosotros llegamos en camión desde el Paso de Jama, y a los dos días llegaron Pako y Maripaqui. Pako nos acompañó en bici hasta Mendoza (Argentina), desde donde marchó a Brasil a pasar un mesecito con su novia. Ahora vuelve pero ya de mochilero. Maripaqui, la hermana de Pepe, hacía que no la veíamos desde? Ella vive en Sao Paulo y ha venido a pasar sus vacaciones y hacernos una visitilla. Gracias prima, la próxima nos toca nosotros, prometido meu parceirinha.
Nos damos paseítos en bici por Toconao, el valle de la luna, la laguna Cejar. En un intento por experimentar los enervantes locales, pillamos el cactus San Pedro, lo cocinamos, nos bebemos el potaje y no pasa ná. Decepción. Luego la selección chilena es eliminada de la Copa América. Otra decepción. Y nadie viene a ver nuestro audiovisual. Otra decepción más.
Parece que Chile se nos tuerce al final, así que nos vamos pa´ Bolivia. Quedamos de vernos con Pako y Maripaqui en Bolivia y montamos las burras en un bus que nos sube una cuesta de 45 km y nos pone otra vez a 4200 m en el altiplano. A seguir la pedalada.
Datos básicos del país
Con este apartado pretendemos, en cada artículo, dar una información más técnica sobre el material que utilizamos, así como comentarios y trucos para hacer el viaje en bici más fácil.
www.furiosos.cl
Los ‘Furiosos ciclistas’ son un movimiento de ‘bicicletudos’ que pelean por introducir la bici en sus ciudades, espacios y vidas. A nosotros nos ayudaron mucho y tienen un buen foro donde conseguir info, contactos y consejos para pedalearse Chile. Tenlo en cuenta si vas por esas latitudes.