NEPAL: DESCANSO Y FILETES
El título es de un amigo. Hace muchos años cuando yo era aun estudiante una amiga nos hizo un juego de esos que dan como resultado "belleza y libertad", "amor y optimismo" y ese tipo de etcéteras. A él le salió "descanso y filetes". El llevaba varios años currando. A pesar de la hilaridad del momento me pareció muy poco romántico, pensé yo entonces. Ahora pienso, y en Nepal me conduje bajo ese pensamiento: qué necesario!!.
La Entrada a Nepal
Entré en Nepal por Kakarbita, su frontera más oriental. Venía de Sikkim, en India. A pesar de que Sikkim suponía un cambio con respecto a la generalidad de India, más tranquilo el personal, más campo, más montañas, más remoto, llevaba el miedo de que si Nepal era igual de agobiante que India, tendría que pensarme seriamente lo de dejar este rollo de vuelta al mundo que me tenía agotado, cansado psicológicamente y enfermo: amebas típicas me estaban esculpiendo los intestinos y almorranas excitadas por las picantísimas comidas, también típicas. Los problemas, como más tarde pude comprobar, solo tenían una causa: India.
A pesar de esto, o precisamente por la rabia que me producía esto mismo y las ganas que tenía de llegar a un sitio donde poder DESCANSAR, logre batir el record de 161 km en un día establecido por mí mismo, subiéndolo a 165, en un día de una etapa llana sin viento en contra, que a veces ocurre.
Hasta un poco antes de Ketauda todo es llano. En paralelo se pueden ver las montañas del Himalaya que te van acompañando todo el rato. Con la subida a Daman empieza el rock, 53 km de subida en zetas sin descansillos, pero con muy poco tráfico, te advierten de lo que te espera: la cadena de montañas más altas del mundo. Lamentablemente las cumbres no se dejaron ver hasta varios meses más tarde cuando acabaron los monzones.
La llegada a Katmandú no puede ser mejor: dispongo de la casa De Lindsay Friedman, amiga de una amiga, durante un mes. Tanto ella como Puja y Sham me hicieron sentir como en mi propia casa. Agradecimiento eterno para todos/as ellos/as. Allí me reencuentro con el inefable Pepe Calvillo, que pedaleó conmigo desde Varanasi a Sikkim. Le quedan unos pocos días para volverse a sus tierras mexicanas y los aprovechamos bien.
Reparo mi máquina en la tienda de Sonam "Dawn till Dusk", la única tienda de bicis y recambios con el sistema occidental-japonés en muchos km a la redonda. Se te cobra bien: es exclusividad. Hay repuestos buenos y malos, pero todos ellos son, al menos, un tercio más caros que en España, por ejemplo. La tienda sirve también como lugar de encuentro para ciclistas mundiales, como un servidor de ustedes.
Han sido casi cinco meses de estancia en Nepal, considerado ya como uno de mis favoritos, lo máximo permitido para un turista sencillo como yo. Raro ha sido el día que no haya llovido al menos un poquito, la humedad honga hasta las cajas herméticas. Las nubes cubren todo y no te dejan ver las montañas. Ergo hay que esperar. Y no es un mal sitio para ello. Es un país barato, muy barato y la gente es muy maja. El país es, además, muy pero que muy bonito. Posee casi todos los picos de más de ocho mil metros, una sorprendente diversidad de razas, etnias y culturas, que no existe en ninguno de sus países vecinos y ofrece una infraestructura para el turismo como pocos países del mundo, con una relación calidad/precio excelente. Puedes disfrutar de un legado artístico, histórico muy interesante y en su capital se puede elegir desde la forma de vida más tradicional a la más moderna de corte occidental.
¿Esperar a qué?
A que pasen las lluvias torrenciales del monzón para poder pasar al Tibet con garantías de éxito. Para poder ver el paisaje y que no te arrastren las riadas o los desprendimientos. Para no estar todo el día empapado. Para juntar un grupo de ciclistas y hacer así más barato el asunto de los permisos de entrad al Tibet.
Pero el reposo también tiene sus intermedios, como no. Así pues, una primera visita a los Annapurnas con Ana Rivero, venida desde Edimburgo para ver unos cuantos picos de ocho mis metros y con Prem, un nativo de Nepal. Fue un trekking de cinco días cuyo punto culminante es Poon Hill, a unos 3400 m desde donde se pueden contemplar los Annapurnas al completo. Tuvimos suerte y vimos, por partes, toda esa cadena de montañas. También tuvimos la gran oportunidad de ver sanguijuelas, a cientos, que intentaban beberse tu sangre al menor descuido.
En otro intermedio otra visita-acercamiento al macizo montañoso. En esta ocasión en bici y con nuevos compañeros: Marite, Miguel, Samu y Julio. Alrededor de una semana de excursión que los llevó hasta Beni, una de las puertas del Parque. Las lluvias generalizadas nos impidieron seguir mas adelante. Se produce el segundo choque serio con las chupadoras de sangre. Miguel, totalmente empapado, trajo consigo un remedio que le regalo un paisano: unos manguitos de tela rellenos de sal que te atas a las botas. Las sanguijuelas no pasan por la sal porque mueren debido a la osmosis. Este remedio nos vendría muy bien más adelante.
El último intermedio del descanso fue el trekking al Lago Tilicho. Fueron 22 días de pateo, no siempre a buen ritmo porque la altura hace estragos en nuestros cuerpos serranos. Arriba en el lago a unos 5000 metros no hay nadie. Estuvimos cuatro o cinco días oyendo y viendo las avalanchas de nieve y piedras. Era sobrecogedor.
Los Permisos Especiales para entrar en el Tibet
En bici o sencillamente por tu cuenta está prohibido. Has de contratar un tour en el que está incluido el pago de un permiso especial. Pasarás por determinados pueblos y no por otros, comerás y dormirás en determinados sitios y no en otros. Las formulas para los ciclistas son básicamente tres:
1- Hacértelo de ilegal. Entrar en China sin que te sellen el pasaporte y recorrer todo el Tibet y toda China sin que jamás te paren ni te lo pidan. El pasaporte no te lo sellan si no vas en un tour organizado.
2- Contratar, entre varios ciclistas un tour para conseguir el permiso y hacerte la ruta en bici seguido o siguiendo a un camión o cuatro por cuatro. Todo es perfectamente legal porque no te sales de los preceptos más arriba indicados. Además cuanto más gente mas barato sale.
3- Meter la bici en un autobús y hacer los mil km entre Katmandú y Lhasa sin preocuparte de nada más.
El Ataque al Tibet
Por fin llega Octubre, después de las lluvias y hasta primeros de Noviembre es una época perfecta para visitar esa región. La Primera fórmula, la más romántica, ha sido contemplada desde hace mucho tiempo, años quizás. Pero a medida que te vas acercando y conociendo detalles y gente que lo ha intentado, terminas por descartarla. El gran problema es la frontera, el sello de Inmigración. Sin sello, en un país tan grande, con tantos controles, es muy difícil de cruzar. Y ay de ti si ti pillan de ilegal en China, te echan o te meten a la cárcel como hacen a los africanos en España.
La Segunda fórmula es un poco menos romántica pero aún lo bastante: cruzas en bici todo el camino hasta Lhasa. El problema es que a finales de Septiembre empieza la Temporada Alta y los precios se hacen aún más altos que la temporada. Además este año han venido pocos ciclistas, por lo de la guerra de Afganistán, por los maoístas de Nepal y porque algunos países occidentales, como USA, han recomendado a sus ciudadanos no viajar a Nepal, demostrando una vez su negligencia en política internacional.
El caso es que sólo estamos cuatro para compartir los gastos del viaje. Malcolm y Chris de Nueva Zelanda, Amelia de Alaska y un servidor de ustedes. Miguel y Samu, que en principio contemplaban hacer el viaje con nosotros, no pueden ni quieren afrontar el precio, que ha subido de 260 dólares americanos en Junio a 625 en Octubre. La Tercera fórmula no tiene nada de romántica. Montas la bici en un autobús y te vas en cinco días hasta Lhasa. Cuesta 130 dólares, por ser españoles y grandes regateadores. No encuentras nada más barato. Esta es la fórmula que escogimos Samu, Miguel y yo mismo. Con este escaso bagaje romántico-aventurero a cuestas pero con el bolsillo y el alma gallardos (ahorrarse 500 dólares también tiene su lirismo) el 12 de Octubre del 2002 entramos en China, de sobra contentos por haber estado celebrando el tercer cumpleaños del viaje de los bicicletos con nuestros amigos Walter "Le president", Don Ricardo, Lilian, Matias, Jazmine y El Gran Antonio Alegre. Que me sepan perdonar si me dejo alguno. Ea!!
Ya encontraremos la ocasión de romantizar y emocionar esta prosaica entrada al Tibet. Pero eso es otra pagina del cómic.
Todo esto se entiende mejor leyendo la crónica de la experiencia espiritual de Pepe en un Vipassana: Diario de un subnormal o poeta en bicicleta.
Datos básicos del país
Con este apartado pretendemos, en cada artículo, dar una información más técnica sobre el material que utilizamos, así como comentarios y trucos para hacer el viaje en bici más fácil.
Kit del aventurero
Muchas veces hemos reflexionado, cuando no discutido acaloradamente, cuales serían las herramientas indispensables de todx aventurerx. Este es el consenso mínimo: mechero o algo para hacer fuego (incluso llevábamos un chisquero de esos antiguos), navaja (si es multiusos, pues mejor), y una cuerdita (o cable, o bridas...).
DIARIO DE UN SUBNORMAL O POETA EN BICICLETA
PUESTA A PUNTO
Después de más de dos años y medio de viaje y 22 países recorridos, me sentía atascado, sobre todo mentalmente. El paso por India era la guinda de un estrés que se hacia cada día más presente. Necesitaba un descanso importante. Nada de 3 o 4 días sin pedalear. Algo más serio: una desconexión total de todo, alejarse, relajarse, limpiarse, olvidarse.