Indonesia

Continente
Fechas del viaje
30 Abr 2003 - 28 Jun 2003
Crónica del país

LINDONESIA

Un país bonito, bonito, bonito. Volcanes, bosques y bosques, lagos, arrozales..., y malas carreteras y musulmanes moderaditos. El último recuento dice que más de 15.000 islas forman Indonesia. Así como más de 1000 pueblos y lenguas diferentes. Desde los musulmanes más arábicos del noroeste de Sumatra, hasta los morenazos de la isla de Iryan Jaya. Dentro conviven más de 400 millones de musulmanes, cristianos, hinduistas, y unos pocos chinos budistas. Imaginaos el guirigay.

Desde su independencia de los holandeses en 1945 han tenido una historia tumultuosa. Primero presidió el héroe de la independencia, Soekarno. Populismo y gestión desastrosa. Entonces los militares dieron su golpe y Suharto gobernó el país durante "sólo" 30 años con mano de hierro, represión política y éxito económico. Finalmente las protestas sociales lo derrocaron en Mayo del 98 para iniciar una etapa de elecciones, reformas, libertades, democracia... La apertura política ha traído también a la luz pública las luchas intestinas y religiosas: desde la independencia de Timor Este hasta la actual ocupación militar de Aceh, pasando por conflictos regulares en Sulawesi, Maluku e Iryan Jaya.

En mitad del viaje, en la bulliciosa ciudad de Yogjakarta, nos encontramos con Aan y la gente de Parri. La hospitalidad que nos brindaron será agradecida para siempre. Especialmente a Gun y Tjoan, los cuales nos abrieron su casa y nos amenizaron las tardes con agradables tertulias. Nos pusieron a tono sobre la realidad social y política de este enorme país. Fueron 60 días en bici por Sumatra y Bali, con una bonita visita en Java. Lindo país.

Sumatra y la Sutra

Estando en las Cameron Highlands de Malasia bicicleteros y viajeros que nos avisaron que en Indonesia iban a cambiar la visa turística: de 60 días gratis a 30 por 50$. Sería a partir del 1 de Mayo y era 26 de Abril por la noche cuando nos decidimos por enésima vez a cambiar planes: nos vamos corriendo a Georgetown para pillar el ferry que nos lleva a Sumatra. Entramos en Sumatra el día 30 de Abril. La ciudad de Medan es espantosa de grande. Las carreteras están petadas de camiones y buses. El humo de las gasolinas indonesias tiene uno de los peores bouquets que recordemos. ¿Quizás es peor el de Malawi? Nuestra idea es rodar por toda la cadena de volcanes y montañas que se extienden paralelas a la costa sur de la isla. Salimos de la contaminada ciudad de Medan y por suerte empezamos pasando las noches en iglesias cristianas, donde los párrocos no hablan una palabra en inglés pero tienen un rollo buenísimo con nosotros. 

Duras rampas con mucho tráfico y lluvia para llegar al lago Toba, uno de los sitios más alucinantes que hemos conocido en el viaje. Uno de los cientos de volcanes de este archipiélago se colapsó dejando una depresión de más de 200 km de circunferencia con un lago dentro (1707 km2, el más grande del sudeste asiático), que alberga en su centro a la isla Samosir. Los batak, el pueblo de la zona, se mostraron hospitalarios desde el primer día. En el pueblito de Tuktuk nos alojamos en una casa tradicional con una colección inmensa de vídeos y un menú nuevo por descubrir. Comemos carne de perro, bebemos el tui (vino de palma) y pedaleamos por la isla.

La ruta continua entre volcanes de frondosos bosques tropicales, por carreteras estrechas y en malas condiciones, pero con poco tráfico. Un lujo de pedalada. Lagos, ríos, cascadas. La lluvia aún nos acompaña, y los nuevos hallazgos culinarios: gado-gado, sate, martabak, cap cai, soto... Hmmm! Pasamos de los cristianos batak Toba a los musulmanes batak Minang. Por la carretera se oye más de una vez "fakiu". Nosotros no paramos. Al atravesar el Ecuador (foto de rigor) el clima se hace soleado. Lo mejor para pelearse con 50 km de subidas entre terrazas de arrozales arrancadas a las laderas de los montes, y llegar a la ciudad de Bukkittingi. Paradita y descanso. Visitamos el inmenso mercado Atas, probamos el yogur de leche de búfala y el dadiah campur. El horizonte lo recortan las siluetas de los volcanes Merapi y Singgalang. Dentro de otro volcán se encuentra el lago Maninjau. Allí fuimos a celebrar el 37º cumple de Juli, con cervecitas, rinuak (tortitas de camarón) y pense (los micromejillones típicos del lago). Paseíto en bici rodeando el lago: muy recomendable. Para salir hay que volver a ascender los 9 km y 43 curvas que escalan el cráter.

De allí rumbo al sur. En un cruce de esos Juli sigue de largo y acaba pasando la noche en Padang, 40 km más allá. Reencuentro al día siguiente: ¿pero bueno que pasó? Ascendemos a Alanpangyang, con más lagos, mucho frío y una carretera que se encajona, asciende y desciende. Allí nos cruzamos con un iraní haciendo turismo. Toma ya. Un error de cálculo al llegar al monte Kerinci nos deja de noche llegando arriba del paso. Este volcán es el techo de Sumatra con 3800 m. Menos mal que los indonesios son muy enrolladitos y nos rescatan en un minibús. Terima kashi. El Kerinci amanece majestuoso con inmensas plantaciones de té a sus pies. Descenso merecido hasta Sinangpenuh y sus aguas termales. Al lado de nuestro hotelito hay un chino al que le encargamos poner birras en la nevera para nuestros gaznates. Desde aquí tomamos un bus directo a Jakarta. Sólo son 31 horitas de curvas, baches, ferry, cambio de isla y megaurbe.

En medio, Java.

La capital de Indonesia es una extensión inmensa de edificios, autopistas y una cantidad de no menos de 10 millones de gentes. Noche en tránsito y tren hasta Yogjakarta, donde somos recibidos por Aan, un amiguete que hicimos en Bangkok gracias a nuestros colegas de PAT. Da gusto tener amigos por el mundo. Nos alojamos con Gun y Tjoan, en una casa típica javanesa, de esas portables, con vigas de teca y paredes de bambú. Por allí van pasando músicos, escritores, editores, traductores y toda una juventud rebelde dispuesta a intercambiar experiencias. Nosotros correspondemos cocinando paella y marmitako.

Son días de relax. Con Eli visitamos las impresionantes ruinas del templo budista de Borobudhur. Aan nos enseña el proyecto de Dian Mandala: una factoría de productos hechos con cuero de mantaraya. Una pasada. Rubith nos lleva a un ensayo de un grupo de música tradicional, koronchon. Al final nos tocan los instrumentos y nos liamos a hablar de nuestro viaje en bicicleta, Dios y el sexo de los ángeles. Conocemos a Silvia y Koldo, ella profesora de español (!!!) y él estudiante de "estudios internacionales" (???). Vamos a un karaoke, compramos batiks. Nos quedaron muchas cosas por hacer. Ya será la próxima.

Salvad las Ballenas

Salimos de Yogjakarta en bus hasta Denpasar, la capital de la vecina isla de Bali. Tras pasar por el consulado australiano para la visa (10 minutos, gratis para tres meses), nos vamos al ghetto turístico de Kuta, donde la bomba (que además fue el 12 de Octubre, el cumpleaños de los bicicletos!). Estábamos intentando encontrarnos con Pepe Calvillo (que conocimos en Varanasi, India, una aňo atrás) pero finalmente no pudo ser. Así que reservamos el vuelo y nos vamos a pedalear.

A pesar de que la isla es hinduista, aquí no dejan dormir en los templos. Mejor está cobrar una entrada a los guiris. También les encanta comer cerdo (ole!), y las peleas de gallos. Hay muchas diferencias con los hinduistas indios. Las primeras noches las pasamos en las estaciones de policía. “Hay mucho terrorismo”, nos dicen. Visitamos el espectacular templo de Tanah Lot y de seguido subimos a las montañas. Nos llueve en la ascensión a Pupuan, descenso de vértigo hasta Mayong y después, dos horas de esas que no se olvidan para ascender al lago Tamblingan. Eran tan sólo 10 km! Cae una tromba de agua y luego una mágica noche con luna llena a orillas de este lago. Repetimos con sus vecinos lagos de Buyan y Bratan. Un dominguillo nos pateamos la ascensión al monte Catur, junto con una romería de 10 autobuses lleneticos de estudiantes con ganas de tirar basura. Todo un espectáculo.

Una pedalada larga por los volcanes nos pone en un día en medio de uno de los paisajes más alucinantes que hemos conocido: Batur. Una cuenca volcánica gigante acoge el lago más grande de la isla, y justo en el medio, un volcancito activo que en 1994 dio el último susto y dejó más de 2000 muertos. Los paisanos se adaptan a vivir y trabajar estas fértiles tierras. Un día amanecen las casas decoradas con largas pértigas de bambú muy decoradas: es el Galungan, la fiesta que cada 210 días recibe la visita de los ”ancestros” y celebra la victoria del bien sobre el mal. Durante 10 días las familias se reúnen y rezan, y beben y apuestan mogollón de dinero en las peleas de gallos...

Tras subirnos al volcán Batur, volvemos a la burra. La salida son 2 km criminales con toda la metralleta para salir del cráter, y luego una hora de reloj de descenso hasta la costa norte! Lujazo. En un templo en el pueblo de Kubutanbahan hay un relieve en roca con un ciclista!!! Es un holandés que recorrió la isla en 1904 y ahora comparte espacio con Shiva y Vishnu. Su nombre: Woj Nieuwenkrap. Ahí es na!

Seguimos la costa norte hacia el este. Bańito en la playa y otros 10 km de rampas y sudores para torcer la esquina más oriental de la isla. Visitamos otro ghetto, esta vez el centro artístico de la isla, Ubud. Cientos de galerías de arte, talleres, museos… hacen este pueblito la meca artístico-cultural de la isla. Eso sí, en todo te cobran10% más de tasa. Visitamos el bonito museo Neka y ponemos rumbo de nuevo a Kuta. Últimas deliciosas birras Bintang, gado-gado, sate,… Es el Kulingan, el final del Galungan. Los ancestros se van y los bicicletos también. En el avión hacia Australia dan vino gratis. Con la tercera botella nos derrapan las neuronas, pero estamos muy contentos. Nos espera un nuevo continente.

Datos básicos del país

Capital
Yakarta

Con este apartado pretendemos, en cada artículo, dar una información más técnica sobre el material que utilizamos, así como comentarios y trucos para hacer el viaje en bici más fácil.

Ficha técnica

De piñones, platos y cadenas

Este gran truco se lo debemos a George. Si tienes idea de rodar un largo recorrido, cambia de una vez los platos, los piñones, las ruedecillas del desviador y la cadena. Llévate dos cadenas nuevas y vete cambiándolas cada 2000 km. Así te durarán más las cadenas y los piñones y platos. Comprobado. Cuando las cadenas se caigan a pedazos repites la operación. Unas nuevas cadenas no se ajustarían bien al grupo ya gastado.

Mapa con la ruta