Corea del Sur

Continente
Fechas del viaje
06 Jun 2003 - 21 Jun 2003
Crónica del país

Por el sur de Korea del Sur

Korea del sur es un país pequeño, montañoso y verde, muy enérgico, muy interesante, que está cambiando a una gran velocidad gracias a su desarrollo tecnológico y a la creciente exportación de sus productos. Han de crecer hacia el exterior pues no tienen espacio dentro. De hecho se están abriendo lo más posible al mundo. La enseñanza de otros idiomas, sobre todo el inglés, es una prioridad en las escuelas. En general, son amables y generosos con el extranjero. Pero sobre todo tienen curiosidad. Quieren aprender, contagiarse, ensanchar.

Para la bici es un país duro. Las carreteras secundarias son como nuestras autovías, cargadas de tráfico y rodar por ellas es muy incómodo y peligroso. Las rutas de montaña tienen rampas demasiado empinadas para hacerlas con peso. En cualquier caso, nuestra ruta por allá fué de dos semanas solamente. Los tifones nos obligaron a pasar más de un día en algún hotel viendo películas (es uno de los servicios gratuitos del hotel). No se puede, ni se debe, ir mas allá de hablar de unas pocas impresiones generales.

Pussan-Reisu. 750 km

Desembarcamos en Pussan, la segunda ciudad del país, procedentes de Shimonoseki. Es el principal puerto de Corea del sur. Allí nos perdimos intentando salir de la ciudad por las calles con nombres de multinacionales. Equivocarse suponía tener que subir y bajar al menos una montaña bien empinadita más. En lo alto de uno de aquellos rampones, al final de un barrio, preguntamos a unos señores. Uno de ellos había estado en España varias veces. Fue simpático el encuentro. Y muy provechoso. Con la información que nos dió pudimos, por fin, enganchar la ruta hacia Kyongjiu, la que fue capital del país en otros tiempos.

Llegamos allí en dos días porque escogimos ir por la carretera de la costa, más larga y retorcida, pero también más tranquila y más bonita. La parte antigua de la ciudad es muy cuca. Hay un parque de pequeños montículos cubiertos de césped. Son las tumbas de los reyes antiguos. Por allí nos paseamos con nuestras máquinas, vivos y sonrientes: por muy grandiosas, aparatosas, ornamentadas y lujosas que sean vuestras tumbas, vosotros reyes, tambien palmais.

Y de la muerte al amor. Nuestra idea motora era, en principio, hacer una ruta circular con partida y llegada a Pussan, donde estan los ferrys, un par de semanas más tarde. Pero una cita cierta con la camarera del barco que nos llevó hasta Corea, nos arrastró de nuevo a Pussan con gran coraje. De hecho la vuelta, algo más de 110 km, la hicimos en una sola mañana. Jack incluso recogió unas flores que se habían caído de un camión. Con la ilusión y su flor, nos presentamos en la ciudad antes de las doce. La llamamos setecientasmil (700.000) veces pero nunca agarró el maldito teléfono. Por la noche, con la oreja de Jack con la forma del auricular y la evidencia amarga de las calabazas recibidas, nos fuimos al barrio del puerto a resarcirnos. La cerveza y los productos marinos parecen placeres más accesibles. A priori.

La "simpática" señora del kiosko donde nos habíamos puesto hasta las cejas, resultó ser una alimaña salvaje que nos pegó un sablazo criminal. Tuvimos que parar a unos koreanos, que se habían juntado con nosotros al final de nuestro banquete, para que no le pegaran. El precio era realmente escandaloso. Honestamente creo que la pájara aquella se merecía un escarmiento, pero no ibamos a ser nosotros, o los que estaban con nosotros los que lo hicieramos. Allá ella con su dinero, que lo disfrute, si puede, como hago yo con el mío.

Aún así, seguimos con el rock y no paramos nuestra diversión más que por unos minutos. En la bronca habíamos conocido a Kenny Jo, uno de nuestro contertulios de última hora. Hicimos buenas migas con él y terminamos en su casa durmiendo. No sabíamos donde mirar cuando, a nuestra llegada de la marcha despertó a su esposa y a su hija de unos dos años para presentarnos. Se tiraron el pisto con nosotros.

Para haceros una idea de lo seguro que es Corea y de la castaña que pillamos, valga este ejemplo. En una ciudad de varios millones de habitantes, en el barrio del puerto, o sea el barrio más cutre, nos dejamos las bicis en medio de la calle. Hasta las once de la mañana estuvieron las bicis con todo su equipaje, incluida la camara de video,  esperando que apareciéramos. Y no faltaba nada. Era la primera vez en todo el viaje que habíamos hecho algo así. Tuvimos mucha suerte.

Con el bolsillo y el corazón rotos, nos piramos al macizo montañoso de Jirisan (1732 m), la montaña más alta de Corea del Sur. La segunda si juntamos las dos Coreas. Allí las rampas son prácticamente imposibles. La ruta pasa por las rocas donde fué abatido el último capitán del ejército rojo en Corea del Sur. Acampamos en un sitio precioso, muy cerca del paso. Allí pensábamos pasar unos días. Era un sitio solitario y estábamos bien preparados de comida. Pero la diarrea de Jack nos obligó a bajar en busca de
medicinas. No tuvimos que aprender koreano para contarle al farmacéutico, apenas le vió el careto a mi compa, le recetó dos fármacos que lo curaron en un par de días. Así da gusto.

Alcanzamos Reisu el día antes de que llegara el tifón. Desde allí volvimos a Pussan dos días más tarde, empapados, equipo y personal, de agua y de películas. Llegamos al ferry con la hora pegada al trasero. Pero había sido cancelado por el temporal. Hasta dos días más tarde no saldría el próximo. Pasamos esos dias visitando a Kenny Jo y sus
colaboradores en la empresa y las casas de estos. Al final nos fuimos con un buen sabor de boca.

Datos básicos del país

Capital
Seul

Con este apartado pretendemos, en cada artículo, dar una información más técnica sobre el material que utilizamos, así como comentarios y trucos para hacer el viaje en bici más fácil.

Ficha técnica

El chaleco

Una de las prendas que más ha triunfado entre nosotros ha sido el chaleco. Para esas rodadas matutinas, de fresco, con alguna montaña de por medio son lo mejor. Vas regulando la sudada con la cremallera. Si al final del día le puedes unir las mangas con cremallera ya tienen la prenda idela para pedalear.