NICALANDIA
La tierra de los nicas es la más caliente y más bajita de todo Centroamérica, y también la más subdesarrollada. Pero también es la que tiene más lagos y selvas, y más ayuda internacional. Quizás por eso cuenta con buenas carreteras. El eje volcánico corre paralelo al Pacífico, y es donde se concentra la mayoría de la población y el mayor componente mestizo. La costa atlántica es más virgen, despoblada y con mayor componente indígena, con muchos miskitos y chorotegas, y con poblaciones afroamericanas dándole colorcito al Caribe.
Nicaragua es la tierra que vio nacer a uno de los caudillos latinoamericanos más carismáticos: Cesar Augusto Sandino. A pesar del nombre que le puso su padre tampoco se las dió de Emperator por la vida, y levantó a muchos campesinos contra la oligarquía y el imperialismo. Somoza lo asesinó y luego una revolución expulsó al traidor. En estos tiempos de paz aún se puede ver la sombra de Sandino en muchas plazas. El año entrante hay elecciones que esperemos sean para mejor.
El gran lago Cocibolca
La entrada en barca desde Costa Rica empieza en San Carlos, un enclave a orillas del gran lago Nicaragua, donde comienza el río San Juan. Desde aquí un ferry cruza el lago dos veces por semana hasta Granada, con parada en la isla de Ometepe. Esta isla, primero habitada por un grupo nahuatl, presenta dos volcanes, uno de fuego y otro de agua. Son los últimos días del año y me dispongo a pasarla por aquí. Un día me subo el volcán Maderas, con una laguna en el interior de su cráter y bosque húmedo a todo lo que da. Bajo por otro lado a la cascada de San Ramón. Un bañito y de vuelta a la Finca La Magdalena, un discutido proyecto de cooperativa de ecoturismo nacido durante la revolución sandinista. Son las fiestas del pueblo y el espectáculo es divertirse mareando a unos toros en un ruedo. Herencias mediterráneas. Aquí conozco a un grupo de canarios y francesas. Ellos también son montaraces y pasamos unas buenas tandas de piadas aliñadas con Toña y Flor de Caña.
Paso la nochevieja con neohippies, artesanos, malabaristas y Toña. Muy bien. Me desplazo a Altagracia para subir el volcán Concepción, el de fuego. Paro en el albergue Ortiz, el negocio del ex-alcalde liberal constitucionalista, poco amigo de los sandinistas pero con buen humor. En la isla no les gusta que los turistas se lancen solos a subir los volcanes. Me parece muy bien por lo que toca de prevención, pero muy mal por lo que toca de montañismo. Yo me lo voy burlando pagando permisos y firmando papelitos: malos tiempos para la libertad. El recorrido en bicla por toda la isla es muy recomendable, con playitas solitarias y pueblitos donde parar a tomar algo. Otra buena actividad.
Granada
El día que supuestamente sale el ferry hacia Granada el servicio no funciona. Claro, es día 2 de enero y la resaca se nota. Tomo otro ferry hasta Rivas y de un tirón llego a Granada, una coqueta ciudad colonial y el principal destino turístico del país. A pesar de los pesares, un sitio precioso para pasar un buen rato. Visto el volcán Masaya en bicla, la laguna de Apoyo y me dejo bastantes alrededores sin explorar. En Granada se encuentra la Casa de los 3 Mundos, un centro cultural que los viernes pone una pantalla gigante en la calle y exhibe películas. Aquí le tocó el turno también al audiovisual de los bicicletos. Muy internacional, oiga.
Rodrigo, un colega ciclista de Costa Rica, me envió desde San José a Managua un paquete que me llegó de España. Me paso por la capital sólo un rato por la encomienda y me regreso a Granada. Managua fue destruida casi completamente por un terremoto en 1972 y ahora es una ciudad moderna sin gran chiste, que todos los nicas evitan por peligrosa. En el paquete llegan turrones y mapas, camisetas de los bicicletos y condones. Comparto el festín con Johnny, un (ex-?)marero hondureño que intenta levantar cabeza haciendo artesanía después de que le hayan 'limpiao' en la frontera tica. Creo que también Johnny intenta olvidar muchas cosas y celebrar su 18 cumpleaños.
La ruta
La carretera que sale de Granada es un felpudo de asfalto nuevecito, con buen arcén y poco tráfico. Esta será la tónica general de la pedalada por Nicaragua. Las señales de tráfico presentan dibujos de distintos animales: toros, serpientes, lagartos, armadillos, niños... Toda una clase de Zoología centroamericana. Las extensiones de cultivos de caña de azúcar y los arrozales dejan paso al bosque seco. Muchas comunidades gestionan los recursos forestales buscando el milagro de la sustentabilidad. Como nota
discordante la gente vuelve a las andanzas de llamarme 'gringo'. Algo de karma que nos toca limpiar.
En Estelí paro a ver la galería de héroes y mártires, gestionada por las madres de los guerrilleros muertos durante la guerra sucia de los 80s. La zona norte fue especialmente machacada durante esos años y se convirtió en un bastión sandinista. Parece que hoy la doña encargada se fue a la peluquería y tras esperar un buen rato charlando con los bomberos decido aprovechar el día pedaleando. No hay prisa pero tampoco pausa. Me alejo del eje volcánico por las sierras norteñas. Me gusta este paisaje serrano con
pequeñas poblaciones, un cultivo allá y otro acá. En Ocotal paso la noche con los bomberos. En la estación también se alojan vendedores ambulantes de viaje por todo el norte. Yo voy mañana a Honduras y ellos se regresan a Masaya. Charlamos al calorcito de una taza de té. A veces el viaje se detiene con un sabor entrañable.
Un desfiladero sube hacia el paso de Las Manos. Todo se va poniendo más verdecito, aparecen plataneras y bananos. Salgo de Nicaragua. A pesar de que no creo que sea el destino turístico ideal para practicar bici de monte, si que es, como cualquier otro, un buen sitio para conocer y viajar. No se que fue lo que más me gusto de Nicaragua, si la cerveza Toña (qué buen nombre para una cerveza!), o la isla de Ometepe, o la gente sencilla, o... Habrá que repetir.
Datos básicos del país
Con este apartado pretendemos, en cada artículo, dar una información más técnica sobre el material que utilizamos, así como comentarios y trucos para hacer el viaje en bici más fácil.
Sillín ergonómico
A algunos no les afecta, pero a muchos sí. Tras varias horas seguidas de pedalada se te pueden dormir los genitales como efecto de la presión sobre el perineo. Si quieres evitar ese desagradable efecto, y de paso cuidar tu próstata, ahora que está tan de moda, cómprate un sillín ergonómico, de esos con canaleta por la mitad, y adiós problemas. Para las chicas hay unos ergonómicos que son más anchos en la parte de atrás para esas caderas contundentes. La posición del sillín también influye, y ambos sexos tendremos que ponerlo un poco picadito hacia abajo, no totalmente paralelo.