Mexico

RE-MEX

Pues ya estamos en Norteamérica. Quién nos lo iba a decir. Y por otro lado se acaba Latinoamérica. Han sido más de dos años en el ‘mundo latino’. Espero echarlo en falta. Aunque acabé hasta el higo del reggaetón, de que me llamaran gringo y de no se cuántas cosas más, me llevo en las alforjas muy buen sabor de boca, un puñado de nuevas amistades y ganas de volver. Dejamos en el tintero Uruguay, Brasil, Venezuela. Ahí es ná.

Yo viví en México tres años, del 95 al 98, y en este país para mi todo es un re-encuentro. Voy con ganas de verme con mis ‘cuates’ y no le hago tanto a conocer otros rincones como a ver las ‘viejas amistades’. Pero bueno, es un país que de tan grande sobra decir que hay de todo y muy buenas opciones para los ciclófilos. Por cierto, en cada estado de la república hay controles del ejército en busca de drogas, armas… Invariablemente me pararon en todos, y eran más estrictos cuanto más al norte. Avisad@s.

Tierra de grandes culturas pre-hispánicas, como la azteca y la maya, y que vio crecer una de las colonias más importantes del imperio español. Aquí se coció la primera revolución popular de occidente, y a pesar de que la letra pequeña de esa gran historia no es de lo mejor, pues a mi me gustó pedalear por las tierras de Emiliano Zapata y Pancho Villa. Desde entonces México es uno de los referentes más claros de lo que pasa por las latitudes latinas.

Jezabel, un amiga mía de la secundaria, se vino a rodar un par de semanitas al norte de Chihuahua. Una nueva ‘bicicleto’. Recorrimos parte de la Sierra Madre y de los lugares arqueologicos de esa zona. Otro bonito re-encuentro. Y se murio Rocio Durcal, y durante varios dias no hacia mas que escuchar sus canciones por todas partes. Y es que cantaba muy bien a las charras…

El sur

Llego a Mex y me subo los Altos de Chiapas hasta San Cristóbal de las Casas. Me quedo unos días en casa de Rosario. ‘De poca madre’, que dicen por aquí. Mis entrañas no aguantan las ‘chelas’ y vuelven las catacletas. Más días de reposo, pastillitas y arrocito. Brrrrrrrr. San Cristóbal, que conocí con la amatxu hace como 10 años, es una bonita ciudad colonial que se deja pasear.

La pedalada sigue camino hacia el istmo de Tehuantepec. Descensos largos, llanos abrasadores, más descensos y por fin veo el Pacífico. En Juchitán paro un par de días con los bomberos: Sigue la tónica de buena relación. Vicente, un ex-militar y ex-policía, caza pajaritos y cría un mono araña. ¿Ideas de bombero? Pongo a prueba los intestinos con un huachinango a la veracruzana y un par de micheladas. Le entro al chile con prudencia. Todo un éxito.

En tres días me subo a Oaxaca por montes de bosque seco donde crecen los magueyes, de donde se obtiene el famoso destilado Mex: el mezcal. Un día paro a ver de cerca como lo hacen. Me dan un trozo de maguey hervido para ir mascándolo por el camino. De-li-cio-so. Y muy energético. Por el camino me cruzo con Louise. Uno piensa que lo había visto todo en Nueva Zelanda (ver crónica). Louise empezó a pedalear desde el norte de Mex cuando estaba preñada de cinco meses. Llegó a Oaxaca y allí tuvo a su niña, Tigerlily. Unos meses de descanso y de vuelta a su ruta hasta Panamá. Tigerlily tenía 13 meses cuando yo las ví y no hacía más que sonreir.

En la hermosa ciudad de Oaxaca tengo mi primera visita con Patricia. Recuerdos y mezcalitos. Patricia está cerrando la oficina (www.huicholesyplaguicidas.org) y se va en unos días con su vocho al DF. Aprovecho y echo la bicla encima para llegar al monstruo.

El centro

Salimos de Oaxaca rumbo a Zacatlán de las Manzanas, al norte del estado de Puebla, para visitar a Cora. Esta venerable anciana de 96 años llegó a ser una de las modelos más fotografiadas en Europa a principios del siglo pasado. Por supuesto, ella dice que la ‘top model’ del momento. Genio y figura hasta la sepultura.

Llegamos al monstruo, veo los volcanes, las pirámides… y el esmog. Discurren dos semanas de ver a mucha gente, comer bien y beber mejor. Me volví a encontrar con Gabi y Ernesto, nuestros anfitriones en Santiago de Chile, que me trajeron una botella de vino chileno muy, muy rico. Y bueno, con much@s más, que para algo vivé aquí un ratito. Las dimensiones de esta megalómana ciudad y el hecho de que uno ya se ha asilvestrado mucho me llevan a llegar tarde a todas las citas. Ves! Esto te pasa por tener muchos amig@s. Gracias a Beto y Memo por esos masajitos y por dejarme quedarme con ellos esos días.

En otro carro y esta vez con Mariana, Patricia y Arturo, un ex-compa de trabajo, vamos a Morelia a encontrarnos con el resto de jalisquill@s. Un par de días de visititas y luego hasta Guanatos. Unos días más de relax en casa de Magaly, un paseíto por la ciclovía el domingo, unas cervecitas con Ramontxu, un día nos comimos un ajo, otro una torta ahogada… Todo bien.

El norte

El plan de re-encuentros siguió funcionando unas semanas más. Ya de nuevo pedaleando, salí de Guadalajara por la barranca de Huentitán, una bonita carretera rumbo a Aguascalientes. Mucha cuesta pero poco tráfico. Llegando al estado de Aguascalientes, en La Rinconada, me paro a pedir hospitalidad en el colegio del pueblo y el director, que vive en la ciudad de Aguascalientes, se ofrece para darme un aventón. Ferpecto. Allí viven ahora Jesús María y su familia: Ana Laura, Sofía y el pequeño tirano, Gonzalo. Antes vivían en el monstruo. Me parece muy buena idea el cambio. Dicen que Aguascalientes es la ciudad más fea de la república. Tras unos días no me lo pareció tanto. Entre nostalgias y abarrotes se pasó casi una semanita y vuelta a la bicla.

En un día llegué a Zacatecas, una de las ciudades más bonitas de la república, y visité a la familia Trujillo. Había estado con ellos hacía más de 10 años… En fin. Llanos y rectas camino a Durango. Subidas cortas y suaves. El desierto va apareciendo. Cruzo el Trópico de Cáncer y automáticamente los vientos cambian. Ahora son en contra. En Durango me re-encuentro con otro ‘bicicleto’, con Pepe Calvillo, que conocimos en Varanasi, India, hacía cuatro años, y que rodó con Pepe Roncero hasta Sikkim. Tiene un buen negocio de importación (www.aziatika.net) y vive feliz con su pareja y en la chinga (estrés). Para evitar los llanos y las rectas de 100 km del Bolsón de Mapimí, me meto un poco en la Sierra Madre. Las cuestas son durillas pero veo mucho animalito: venados, zorros, liebres.

Son las tierras que correteó Pancho Villa, el Centauro del Norte. Paso por la hacienda de Canutillo, donde se retiró. Y por Parral, donde lo asesinaron. Quien a hierro mata… Con los bomberos de Parral estoy un par de noches descansando. Muy buen rollo. Dos días más de rectas y vientos para llegar Ah! Chihuahua, a casa de la familia Burciaga. Ellos hospedaron hace 8 años a Daisuke, nuestro ciclocolega japonés. La red de contactos marchando.

Jezabel llegó desde Madrid, con su burrita, a pedalear dos semanas por el norte de Chihuahua. Empezamos por las Cumbres de Majalca, unos 40 km de pista dura. Al dia siguiente son otros tantos de pista peor, al siguiente mas de 100 km de asfalto. La Jeza se porta como una jabata. Conocemos lugares arqueologicos de la cultura Anasazi, culminando en las ruinas de la ciudad de Paquime. Nos sobran un par de dias antes de que Jeza se regrese a Madrid, y visitamos la mina de Naica, con los cristales minerales mas grandes del mundo. Sin palabras.

Jezabel se regresa con ganas de repetir. Claro cari. Y vuelta a la solitud. Recojo la bicla de casa de Uvaldo y Lola, en Casas Grandes. Muchas gracias a la familia de los mellizos. En un dia estoy al lado de la frontera, que atraviesa el desierto de Chihuahua. Son dias de polemica, se habla hasta de levantar un muro a lo largo de la frontera. La convivencia de culturas nunca ha sido lo mejor del ser humano. Los ultimos 10 km de Mexico son un terraceria llena de arena y baches. Al otro lado ya veo asfalto. Parece que las cosas cambian. Adios Latinoamerica.