Costa Rica

TICOLANDIA

El nombre del país parece que se lo dió Cristóbal Colón en su último viaje. Y acertó, pues Costa Rica es una tierra linda, de bellos paisajes, tierra fértil,... En fin, como toda Centroamérica. Ahora sus vecinos les conocen como ticos y ticas. Claro que las carreteras... A pesar de ser la parte más desarrollada de la región, la red vial deja mucho que desear. Sobre todo cuando debería estar asfaltada. Como consecuencia hay muchos km de pistas y trochas que harán las delicias de los practicantes del ciclismo de montaña. Pero cuando toca llevar alforjas, la cosa es distinta. El ciclismo pesado es algo diferente.

Su principal fuente de ingresos es el turismo, y todos los precios se encuentran irritantemente más crecidos en las zonas turísticas, donde la población local está para dar servicios y poco más. No en vano recibe 1.6 millones de visitas anuales. El segundo rubro de la economía es el café, que yo no probé pero que dicen que también está rico. Y tiene más cositas a su favor: educación gratuita y obligatoria hasta la secundaria, no tiene ejército, acoge a mucha migración latina. Todos los factores necesarios para crear un país tranquilo y agradable.

Jezabel tenía previsto aterrizar aquí para pedalear un par de semanas con los bicicletos. Pero tuvo la mala idea de romperse una pierna y todos los planes se esfumaron y pospusieron 'para la siguiente oportunidad'. Mientras, pues conocí a su amigo Rodrigo, otro ciclista amante de los viajes en pedales, con el que compartí unos pocos km y anécdotas. Aquí también me ví con Christian, el suizo con el que coincidimos en Argentina y Chile. Él me pasó el dato del Club de la Hospitalidad (www.hospitalityclub.org), una lista de miembros que se autoayudan para dar hospedaje, información y compañía cuando llegas a tierras foráneas.

Por el sur

Entramos por las montañas del eje volcánico, por una trocha en muy mal estado a la que siguió una mala carretera hasta la Interamericana. Vamos pasando cafetales, campos de piña, ríos y bosques. En San Isidro de El General hago una paradita para subirme al Cerro Chirripó. Dejo la bicla y el equipo con los bomberos, que resultan ser unos genios y les dejo flipando con las fotos del audiovisual, que no es pa' menos. El Cerro Chirripó es el techo de Costa Rica con más de 3800m, y nos muestra valles glaciares con lagunas y morrenas en sus cumbres, y bosques tropicales húmedos en sus faldas. Pude ver monos, lagartos, y hasta un quetzal! Un pequeño tesoro.

Tras el descenso descanso un poco con los amigos bomberos, lavo la cicla y la ropa, y me preparo pa'l plato siguiente. Entre San Isidro y Cartago se encuentra el Cerro de la Muerte, un monte donde la carretera se trepa a más de 3300m. Creía que los Andes se habían quedado atrás. Tras cinco horitas seguidas corono el puerto. Aún no anochece y el frío no muerde, pues estas alturas son famosas porque antes palmaba gente por las heladas. Paso la noche en el refugio de Ojos de Agua, una construcción de barro con más de 100 años y que usaron los pioneros que abrieron esta trocha para unir la antigua capital con los valles del sur. Al día siguiente vuelvo a intentar ver los océanos y me subo al Cerro Vueltas. Ná', que no.

El descenso es largo y hay que estar al lorito pues el firme presenta unos agujeros bien grandes. Curioso este país como rico y con tan malas carreteras. En fin, a pedalear. Paro a cocinar y comparto el puchero con un loquito que dice haber descubierto un alijo de armas de Osama Bin Laden y que él lo estaba guardando y que era un agente antiterrorista y que esto y que lo otro. En fin, a seguir pedaleando. La entrada a San José es por autovías de muchos carriles y coches y humos. Menos mal que la Jeza me puso en contacto con el Rodrigo, la red de contactos ciclistas funcionando.

San Jochepe

No me pareció una capital arrebatadora, pero es cómoda y hay cositas que ver y hacer. Tras un par de días con Rodrigo, de chelitas y picaditas, me paso al otro extremo de la ciudad con Roy y Marcel, mis primeros anfitriones del Club de la Hospitalidad. Muy buen rollo. Compritas y un reencuentro con Christian, un ciclista suizo con el que ya habíamos coincidido y compartido ruta en Chile y Argentina. Nuestras rutas son distintas pero quedamos de vernos más adelante. Les pongo el audiovisual al Laboratorio de Microbiología de la Clínica Bíblica, donde curra Rodrigo. Me regalan una camiseta del Saprissa, el club de fut más puntero de Costa Rica. Cuando se me pudra la que llevo del Liverpool me la pondré. Lo iuro.

Por el norte

Salimos de San Jochepe en carro con Rodri y Carlos. Vamos a rodar unos cuantos km juntos y tal. Llegamos a San Ramón, a orillas de la Interamericana. Desayuno y al tajo. Un carretera con buen asfalto sube el monte, baja colinas, pasa una cascadita, luego unas lagunitas... Bonito. En la parte más alta nos despedimos. Muchas gracias por todo Rodri. Confio que junto con Carlos vayais a probar la austral el próximo verano. Ánimos y buenas pedaladas.

Desciendo a La Fortuna, a los pies del volcán Arenal, que desde hace más de 30 años se encuentra activo de forma casi permanente. Al amanecer se puede intuir la lava incandescente rebosar del cráter. Al otro lado se encuentra el lago Arenal, desde el que se aprecia mejor la actividad volcánica. Rodeo el lago y me dirijo a Monteverde. Las trochas son muy duras y a tramos están en muy malas condiciones. El viento sopla en contra aumentando la dificultad. Ya en Monteverde paro un par de días a pasear por los montes húmedos de los alrededores. Este sitio se hizo muy famoso en el circuito turístico por albergar una comunidad de menonitas que emigraron tras la segunda guerra mundial desde los USA, huyendo de la conscripción obligatoria. Se olían que después venían Vietnam, Corea... Empezaron a hacer queso, café orgánico..., y ahora tienen una fábrica, una reserva forestal... El lugar se mantiene pseudo-aislado con las malas carreteras, dizque para evitar la masificación. Claro que en el tema de los precios se apuntan al encarecimiento como cualquier otro.

Salgo de Monteverde por Las Nubes y disfruto de un descenso brutal hasta las orillas del lago Arenal. Sigo una trocha a orillas de lago muy divertida, con varios vadeos de ríos, uno con el agua por debajo de las p... Las nubes cubren el volcán Arenal y por la noche sólo se ve la lava rodar ladera abajo. De vuelta en La Fortuna me encuentro con Christian el día de Navidad, y lo celebramos con cervecitas y piadas. Todo muy ciclístico. Christian lleva unos meses haciendo unas bicicletitas de alambre y vendiéndolas como todo buen artesano y así va sacando pa'l viaje. Un dato para todos los que se plantean un viaje largo en bicla.

Camino a Nicaragua por buen asfalto y con poco tráfico hasta que llego a Los Chiles. La salida es en barco y hay que pagar el uso del puerto, el pasaje del bote, el de la bicla. En un ratito se van unos buenos colones. Todo carito para acabar ticolandia. No es una metáfora del país pero si una realidad para los turistas. Pero valió la pena.